Una importante cantidad de motos cero kilómetros, ruedas armadas, baterías y otros elementos de valor fueron sustraídos del depósito de la firma Gilera ubicada en el área industrial El Pantanillo.

En base a una línea de investigación personal de la Brigada de Investigaciones, se logró recuperar 4 rodados en un procedimiento realizado ayer a la tarde y una quinta se secuestró abandonada en un descampado.

Se habrían registrados dos robos en el mismo lugar en 20 días. Ambos hechos fueron denunciados por el propietario del lugar en la Unidad Judicial Nº2. 
En el hecho intervino la fiscalía en turno y se dio participación al personal de la Brigada de Investigaciones quien inició la pesquisa.

Las fuentes señalaron que  los malvivientes habrían ingresado a la propiedad tras violentar el portón de acceso y así lograron llevarse el valioso botín.
Si bien las motos denunciadas como robadas ascienden a 15, el número podría seguir subiendo, ya que, el propietario desconocería la cantidad total de rodados que se guardaban en el depósito en donde podrían existir al menos 200 rodados. En paralelo, los malvivientes se llevaron más de 50 ruedas armadas, baterías y otros repuestos. 

Procedimientos
Personal de la Brigada de Investigaciones inició la investigación y ayer a la tarde, en base a un dato certero y con conocimiento del fiscal en turno Roberto Mazzucco, se llevó a cabo un procedimiento en un domicilio ubicado en Obispo Segura, en donde se logró el secuestro de cuatro motocicletas cero kilómetros marca Gilera, tipo enduro, y se determinó que todos los rodados forman parte de los sustraídos en el depósito.

Los procedimientos continuaban por lo que personal de la comisaría Novena encontró otro rodado, del mismo botín, abandonado en un sector descampado en el sur de la ciudad. 
En base al operativo realizado ayer y otros datos que surgieron de la investigación, el fiscal ordenaría arrestos.

Botín
En base al precio del mercado actual, cada uno de los rodado sustraído tendría un valor de entre 25.000 y 35.000 pesos. 
Aún no se habría calculado el valor de lo robado ya que el propietario o dueño de origen italiano, un hombre de apellido Franco,  de la firma no tendría un número exacto de todo lo que se habría encontrado en el depósito.