El Indice de Precios al Consumidor (IPC) informado por el organismo público nacional fue el más bajo desde que el gobierno de Cambiemos reinició el relevamiento: en mayo fue del 4,3 y en junio, del 3,1.

El registro oficial de julio se ubicó por debajo del denominado IPC-Congreso, que fue del 2,4 por ciento, y también de la medición del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que llegó al 2,2.

Alimentos y bebidas
Más allá de la desaceleración en la escalada inflacionaria que el gobierno venía presagiando, según las cifras del Indec, los precios del rubro Alimentos y bebidas aumentaron en julio un 2,7 por ciento, por encima del nivel general. Este es un dato preocupante, ya que el rubro alimentos es el que más impacta en los sectores de menores recursos.

Según el último informe del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), sólo en el primer trimestre 1.400.000 habitantes pasaron a ser pobres.

Entre los alimentos que más subieron sus precios figuraron: el aceite girasol (22%); aceite mezcla (21%), batata (15,4%), lechuga (14%), tomate redondo (10,6%), banana (9%) y papa (7%).

Los precios de los aceites sobresalieron sobre el resto, ya que el acuerdo que el gobierno firmó con las cámaras empresarias se firmó en la última semana de julio.

Por el contrario, registraron bajas los precios del limón (8%), naranja (3,9%), cebolla (1,3%) y pollo entero (0,8%).

En el nivel general impactó fuertemente las vacaciones de invierno, que generaron un alza del 5 por ciento en los costos del rubro Esparcimiento.

También subieron por encima del índice general, los rubros de Vivienda y Servicios básicos, con el 2,8 por ciento; Equipamiento y Mantenimiento del Hogar, 2,4 y Transporte y Telecomunicaciones, 1,4.

Registraron también alzas por encima del nivel general los precios de Atención Médica y Gastos para la Salud, un 2,1 por ciento por el aumento de la medicina prepaga; y Educación, un 2,4 por el alza en las cuotas de colegios privados, y Otros bienes y Servicios, 1,3.

La ropa, en baja
El único rubro que desaceleró sus precios y compensó en partes las subas fue el de Indumentaria, que registró un recorte del 0,8 por ciento.

La denominada inflación núcleo, que releva los precios que son medidos sin estacionalidad, registró un aumento del 1,9 por ciento; y los precios de los artículos regulados crecieron en igual proporción, mientras que los que son afectados por la estacionalidad crecieron un 3,4, de acuerdo con las cifras oficiales.