El Ministerio de Seguridad Estatal aseguró que habían detectado a un grupo infiltrado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Servicio Nacional de Inteligencia de Seúl para realizar “preparativos encubiertos y meticulosos” para atentar contra su líder “mediante el uso de sustancias químicas”.

La acusación da otra vuelta de tuerca a las crecientes tensiones entre Corea del Norte y Estados Unidos por los ensayos nucleares y misilísticos del empobrecido país comunista, que desde 2002 mantiene un litigio con la comunidad internacional por su decisión de desarrollar un programa atómico con fines militares.

La semana pasada, el gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, completó la instalación en Corea del Sur de un escudo antimisiles destinado a derribar cohetes norcoreanos, propiciando amenazas de Pyongyang de lanzar una guerra total y un “ataque superpoderoso” contra Washington y Seúl.

Estados Unidos mantiene a unos 28.000 soldados en Corea del Sur desde el fin de la Guerra de Corea (1950-1953), que terminó con un armisticio y no con un tratado de paz, por lo que los dos países de la península coreana siguen técnicamente en estado de guerra.

Corea del Norte, que ya realizó cinco ensayos nucleares desde 2006 y recibió una andanada de sanciones de la ONU y varios países, dice que necesita un programa nuclear militar para disuadir un ataque preventivo de Estados Unidos desde Corea del Sur.

En un comunicado, recogido por la agencia oficial de noticias norcoreana KCNA, el Ministerio afirmó que la CIA y los servicios de inteligencia surcoreanos “sobornaron” en 2014 a un norcoreano apellidado Kim que trabajaba en un complejo industrial ruso para que cometiera un “atentado terrorista” contra el líder supremo del país.

El objetivo era asesinar a Kim durante los actos en marzo en el Palacio del Sol de Kumsusan -donde están embalsamados su abuelo y su padre, Kim Il-sung y Kim Jong-il, respectivamente- y en el desfile militar, según la nota, informó la agencia de noticias EFE.

‘Le dijeron que el asesinato con sustancias químicas, incluidas sustancias radiactivas y nanovenenos, era el mejor método, que no requiere acceso al objetivo”, con resultados tras seis o doce meses, se indica en el texto.

Los servicios de inteligencia de Seúl asumieron el coste de los suministros y fondos necesarios para la operación, y el hombre recibió dos pagos de 20.000 dólares, así como un transmisor-receptor de satélite, siempre según KCNA.

A lo largo de 2016, cuando el hombre residía en Pyongyang, se le facilitaron instrucciones para tener acceso a los lugares de las celebraciones y se le dieron 200.000 dólares para establecer un centro de enlace en el extranjero con el fin de introducir los equipos y materiales necesarios y para “sobornar a cómplices”.

‘Le insistieron en que tomara las mejores medidas para examinar y preparar la operación, ya que podría desencadenar un incidente catastrófico, como una guerra”, una vez se conociese el origen de la misma, se indicó en el comunicado norcoreano.

En respuesta, Corea del Norte amenazó con lanzar un “ataque antiterrorista” contra las agencias de inteligencia de ambos países por la conspiración.

‘Vamos a rastrear y destruir sin piedad hasta el último terrorista de la CIA” y la inteligencia de Seúl, según KCNA. 

Esta semana, Corea del Norte anunció la detención de un ciudadano estadounidense, un profesor universitario, por “subversión”, con lo que se elevó a tres el número de norteamericanos presos en el país bajo distintas acusaciones.

Trump se ha mostrado un tanto contradictorio en su enfoque hacia Corea del Norte.

Por un lado, dijo que no descartaba un ataque militar si el régimen proseguía con sus ensayos misilísticos, prohibidos por la ONU, pero por otro tuvo palabras de encomio hacia Kim y hasta señaló que se sentiría “honrado” de reunirse con él, algo por lo que recibió fuertes críticas en Estados Unidos.