Viernes 29 de Marzo de 2024

ECONOMIA

12 de junio de 2017

Por cada litro de nafta que se paga, el Estado se queda con el 41% de lo recaudado

Si bien en teoría la idea del Ministerio de Energía es utilizar al Impuesto a la Transferencia de Combustibles como amortiguador frente a las variaciones de los precios internacionales del crudo, esta medida deberá esperar, por lo menos hasta luego de las elecciones.

Cuando se paga un litro de nafta súper (a $ 18,43), el Estado se queda con $ 7,55 de lo recaudado mientras que otros $ 10,88 van a parar al resto de la cadena implicada. Estamos hablando que el Estado se queda con un 41% de lo que se paga por cada litro del combustible.

Aunque el ministro Juan José Aranguren expresó en varias oportunidades que modificarán la carga impositiva de las naftas y el gasoil, el proyecto de ley todavía está en proceso de discusión para su posterior redacción y envío al Congreso.

Al igual que en otros países del mundo, se busca estabilizar el precio por un período largo de tiempo. Cuando el precio del crudo en el mundo suba, bajarán el Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC) para mejorar la rentabilidad empresaria y cuando el precio de hidrocarburo baje, el Estado incrementará sus ingresos con más participación en la torta.

En la actualidad, como se dijo, los impuestos representan el 41% del precio final al consumidor de las naftas y el 37% del gasoil. El ITC, por sí solo, sostiene el 24% del precio.

La nafta argentina es la segunda más cara de la región, sólo por detrás de Uruguay y prácticamente al mismo nivel que en Chile y Brasil. Un litro de nafta súper cuesta en la Ciudad de Buenos Aires $ 18,43 ó 1,14 dólares. Es decir, con este nivel impositivo, el Estado cobra $ 7,55 (0,47 dólares) por cada litro de nafta súper que se vende en las estaciones de servicio, y les deja al resto de la cadena $ 10,88 (0,67 dólares).

El total de los gravámenes a los combustibles que cobra Nación fue de $ 37.515,4 millones en los primeros cinco meses del año, apenas el 3,4% de lo recaudado en general ($ 1,1 billones) y el 5,7% de lo que percibió el Estado en concepto de impuestos menos devoluciones y reintegros fiscales ($ 655.134 millones), de acuerdo a lo informado por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).

Por ahora se ve como un imposible” que se hagan cambios en lo inmediato. El parlamento difícilmente trate este tema, ya que se trata de un año de elecciones. 

Lo más probable es que los impuestos a los combustibles sean tratados después de los comicios. Incluso, podrían formar parte del paquete de medidas para una reforma tributaria, que se discutiría en 2018.

Carlos Gold, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha), aseguró: "La carga impositiva es determinante en el precio y necesitamos una reforma integral".

Pese a la alta carga tributaria, en los países vecinos la situación es similar. En Brasil, los impuestos también representan el 41% del precio final (u$s 1,13 o R$ 3,59 por litro, según la web GlobalPetrolPrices). En Uruguay, el Estado se lleva el 33% de los u$s 1,60 o U$ 45,9 que se paga en los surtidores. Sin embargo, en Estados Unidos se paga apenas un 19% en impuestos sobre el ya bajo precio de u$s 0,70 por litro.

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