Si a alguien le  cabían dudas sobre qué opina el Papa Francisco sobre la gente que siempre está quejándose, la respuesta figura ahora en la  puerta de su modesto apartamento en una residencia del Vaticano: Prohibido quejarse”.                 
Bajo la advertencia explícita, el cartel rojo y blanco en  italiano agrega que “los infractores están sujetos a un síndrome de victimismo con la consecuente disminución del sentido del humor y de la capacidad para resolver problemas”.                 
En el sitio Vatican Insider fue publicada una foto del cartel y su presencia en la puerta del apartamento del Papa fue  confirmada a Reuters por el editor en jefe de ese website,  Andrea Tornielli, autor cercano al Sumo Pontífice y que lo ha entrevistado en varias oportunidades.

El cartel es adornado por el símbolo internacional para “no”, una raya diagonal dentro de un círculo.

Y el mensaje añade: “La pena se dobla si la infracción ocurre en presencia de niños. Para volverse el mejor de uno  mismo hay que concentrarse en las propias potencialidades y no en los propios límites” y finalmente concluye con el mensaje “Deja de quejarte y actúa para hacer mejor tu vida”.

El cartel fue entregado al Papa recientemente por el  psicólogo italiano y autor de obras de autoayuda Salvo Noé. El  Sumo Pontífice prometió a Noé que lo pondría en su oficina como  una humorada.

El Papa Francisco ha lidiado con muchas quejas en el  Vaticano y en la Iglesia católica desde su elección en 2013. Ha  intentado guiar a la Iglesia de 1.200 millones de miembros en un  camino más inclusivo e misericordioso, lo que ha enfadado a  conservadores que afirman que está sembrando la confusión doctrinaria.

Un episodio reciente involucró al cardenal alemán Gerhard Müller, a quien el Papa sacó el mes pasado del cargo de jefe de doctrina del Vaticano tras el término de un mandato de cinco años. Müller, que discrepa con Francisco en varios temas,  aparentemente esperaba que su mandato fuera renovado en forma  automática.

El alemán declaró posteriormente a un diario de su país que la forma en que fue tratado era “inaceptable”.