DAMASCO, Siria. Un primer grupo de expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (Opaq) llegó a Siria para investigar si hubo un ataque químico contra civiles como denunciaron grupos civiles pro opositores, al tiempo que las amenazas entre Siria y Rusia, por un lado, y EE.UU. y Francia, por otro, escalaron y alimentaron un clima cada vez más belicoso.

La misión de la Opaq comenzará mañana a tomar muestras y a entrevistar presuntos afectados en la localidad de Duma, que hasta ahora era el último bastión en manos rebeldes en la región de Ghouta Oriental, en las afueras de Damasco. No tiene una fecha para terminar la investigación y el gobierno sirio ratificó que le garantizará la seguridad en "cualquier lugar" al que quieran ir.

Luego de que el miércoles quedara demostrado que Estados Unidos y Rusia tienen paralizado el Consejo de Seguridad de la ONU y que es prácticamente imposible que salga de allí un mecanismo de fiscalización consensuado para estas denuncias en Siria, la expectativa de la comunidad internacional está puesta en lo que diga esta misión de la Opaq.

Sin embargo, algunos países ya se saltearon esta instancia y lanzaron acusaciones unilaterales.

El más categórico fue el presidente francés, Emmanuel Macron: "Tenemos pruebas de que se utilizaron armas químicas y que fue el régimen quien las utilizó", sentenció y ratificó su compromiso con un eventual ataque militar contra el Estado sirio.

Desde Berlín, la canciller alemana, Ángela Merkel, se mostró más cauta y, aunque aseguró que su gobierno apoyará "que se haga todo lo necesario para mostrar que el uso de armas químicas es inaceptable", su país "no participará" de un ataque militar, como el que plantean EE.UU., Francia y, más ambiguamente, Reino Unido. Información publicada por diario EL LIBERAL. Director. Lic. Gustavo Ick.