El ex ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios del kirchnerismo, Julio de Vido, fue distinguido como “Patriota del Pueblo y de la Patria”, en un acto que organizó la Agrupación Oesterheld. Como el ex funcionario se encuentra bajo prisión preventiva, acusado de haber malversado 26.000 millones que debían ser para la reconversión de la mina de carbón de Río Turbio, fue su esposa, Alessandra "Laly" Minnicelli, quien recibió el destaque. 

En ese sentido, los honores a De Vido, uno de los funcionarios más cuestionados y polémicos de la gestión de Néstor y Cristina Kirchner, fueron realizados por una agrupación ligada al kirchernismo, en una cena en el Hotel Bauen, ubicado en Callao al 300. Según lo anunció el mismo organismo en un flyer, el valor del cubierto era de 300 pesos y las reservas se debían realizar por whatsapp. 

En tanto, Minnicelli, que había criticado públicamente la lejanía y frialdad de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner una vez que a su marido le quitaron los fueros, subió al escenario que se improvisó en la sala del hotel y agradeció la distinción a "Patriota de la Lealtad al Pueblo, a Perón y a Néstor y Cristina. Patriota de la infraestructura, los servicios, el ARSAT, la fibra óptica, el satélite, los nodos y polos audiovisuales, la TDA". 

El reconocimiento al funcionario emblema del kirchnerismo, que fue promovido por el diputado nacional Andrés "Cuervo" Larroque, podría ser leído políticamente como un acercamiento de La Cámpora hacia De Vido, a quien citaron en el panfleto como un “preso político”. Luego de un extenso silencio de gran parte de los kirchneristas, podría tratarse de un guiño hacia el dirigente político, algo que había reclamado públicamente Minnicelli. 

“Estamos peleando por la liberta de Julio, porque no está viviendo una condena. Está ilegítima e irregularmente detenido. Nadie puede estar detenido en este país sin siquiera haber sido indagado”, remarcó la esposa del funcionario que se encuentra bajo prisión preventiva desde el 25 de octubre del año pasado, en un hotel repleto de kirchneristas, que aplaudieron y vitorearon sus palabras.