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INTERNACIONALES
6 de octubre de 2015
La medicina moderna avanza día a día, tanto que sus logros son cada vez más asombrosos. Así ocurre con el caso de un niño australiano de 16 meses al que los médicos pudieron volver a "colocarle" la cabeza luego de que sufriera una decapitación interna en un accidente automovilístico.
El niño, que viajaba junto a su madre y su hermana mayor, sufrió la rotura de su columna vertebral y el "desprendimiento" de su cabeza, lo que podría haberle provocado la muerte instantáneamente. Sin embargo, tras una ardua operación de más de seis horas, los médicos pudieron volver a unirla con la ayuda de alambre y un pedazo de costilla del mismo niño.
Tras la exitosa intervención, Jackson Taylor deberá pasar ocho semanas con un aparato ortopédico que le mantiene la cabeza en su lugar y le impide realizar movimientos bruscos.