Martes 16 de Abril de 2024

INTERNACIONALES

19 de octubre de 2015

Guillermo y Máxima con privilegios impositivos

En Holanda, Guillermo Alejandro y Máxima Zorreguieta están bajo la lupa social por efecto de las exenciones de las que gozan

LA HAYA.- El rey Guillermo Alejandro de Holanda tiene motivos para alegrarse. Este año recibirá un pequeño extra de 500 euros, al igual que el resto de empleados estatales. Y a partir de 2016 sus ingresos aumentarán de más de 800.000 euros en 43.000 euros más al año gracias a la regulación que aumenta sus ingresos en el mismo porcentaje que el del resto de empleados públicos. Sin embargo, hay una ligera diferencia. Mientras que todos los empleados deben pagar impuestos por sus ingresos, en el caso del rey la suma bruta equivale al neto. No paga impuestos, al igual que la reina Máxima y la antigua reina Beatriz. 

Pero el malestar crece. En el Parlamento, una amplia coalición de partidos pide el fin de estos privilegios impositivos. “Entiendo que la posición del rey exige cierto status, estilo de vida e ingresos”, dijo recientemente el representante socialdemócrata Jeroen Recourt en el Parlamento. Pero lo que no se entiende es que el rey se beneficie de aumentos salariales para empleados pero no pague impuestos. 

El primer ministro Mark Rutte no quiere saber nada de todo esto. Afirma que el rey tiene una función especial que está asociada a determinados privilegios. Además, aclaró que, más allá de esto, el rey paga normalmente sus impuestos. 

“¿Cómo?”, se preguntaron muchos representantes y holandeses comunes. “¿Qué es lo que se nos escapó?”. A fin de cuentas, el monarca no paga ni impuestos a los ingresos, ni sobre el patrimonio, ni sobre las herencias. 

Esto rige desde el inicio de la monarquía, hace 200 años, y tiene su razón de ser. El jefe de Estado debía ser independiente financieramente del gobierno. Por eso el patrimonio “necesario para llevar a cabo su función” está eximido de pagar impuestos. Pero la pregunta es: ¿de cuánto dinero se trata, y cuántos impuestos paga sobre su patrimonio privado? La respuesta es guardada con más celo que las joyas de la corona. 

Si bien la Casa Real publica regularmente en su página web sus libros contables, salen a la luz una y otra vez gastos que generan enojo. El jefe de la fracción de los liberales de izquierda Alexander Pechtold habló de una “serie interminable de cuestiones relacionadas con casas, barcos y muelles”. 

Costos reales
La renovación del palacio Huis ten Bosch, por ejemplo, no costó los 35 millones de euros previstos, sino 60 millones. También causó enojo un muelle en la residencia de vacaciones privada de los reyes en Grecia. Y ahora se suma la irritación por el “Dragón Verde”. 

El velero “De Groene Draeck” fue un regalo del pueblo holandés para la princesa Beatriz cuando cumplió 18 años. Un regalo caro, a decir verdad, ya que al gobierno le sale 95.000 euros anuales mantener el yate. 

Sin embargo, los expertos -y en un país afín de los deportes acuáticos como Holanda hay muchos- creen que esto es un chiste y que el barco podría mantenerse con alrededor de 30.000 euros. 

Los holandeses aman a su casa real, incluso aunque cada tanto se quejen de lo caro que cuesta mantenerla. El pueblo holandés destina 60 millones de euros al año para mantener a los Oranje, más una cifra no especificada para su custodia y otras medidas de seguridad. La mayoría de los ciudadanos cree, según las encuestas, que teniendo en cuenta que se trata de tanto dinero, al menos deberían pagar impuestos. 

En principio, Guillermo Alejandro y Máxima no tienen que hacerse muchos problemas. Para que las temidas cartas azules de la agencia impositiva lleguen a la entrada de los palacios falta mucho tiempo. Y eso si alguna vez llegan. En principio el Parlamento aún debe decidir si es necesario revisar la cuestión de un impuesto a la monarquía. 

La Casa Real no habla sobre el tema. Sin embargo, el rey Guillermo Alejandro renunció a 30.000 euros de su aumento de ingresos, según informó el primer ministro Rutte. 

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