El ministro de Educación, Esteban Bullrich, calificó con un “10” el operativo de evaluación Aprender que se inició el martes con alumnos de escuelas primarias y secundarias, y aseguró que los cuestionamientos que plantearon algunos sectores fueron “políticos” y por “prejuicios ideológicos”.

Por todo el trabajo que llevó, le pondría un 10 a lo que se hizo. Estamos lejos todavía del objetivo de generar una cultura evaluativa sin los miedos, pero en términos de laburo, lo veo como un 10”, resaltó.

El funcionario afirmó además que, si bien no tienen datos definitivos, “los números preliminares hablan de arriba del 90 por ciento” de participación de alumnos, y aseguró que el operativo no era “para medir el trabajo de los docentes, sino el de los ministros” de Educación de todo el país.

En declaraciones a radio Con Vos, Bullrich aseguró que el objetivo de la evaluación “no es sacar la radiografía sino evaluar el resultado y devolverle a cada escuela, en forma personalizada, algo que le permita mejorar el trabajo que está haciendo”.

Por eso, rechazó las protestas de distintos sectores a la prueba, principalmente de gremios y estudiantes, que incluyeron paros y tomas de escuelas. “Era una resistencia basada más en conceptos políticos y en prejuicios ideológicos, que ya vivimos en la Ciudad de Buenos Aires cuando lo implementamos al principio de nuestra gestión”, fustigó.

En ese marco, el ministro negó además que estén evaluando el trabajo de los docentes, y afirmó que la herramienta sirve para medir “el trabajo de los ministros fundamentalmente”. “Estamos haciendo un esfuerzo mayor, porque evaluamos primarias y secundarias. Queremos hacer un trabajo de devolución, con lo cual hay un cambio. Pero esto es para evaluarme a mí, a mi equipo, no a los docentes”, añadió.

Con respecto a las críticas de un sector docente sobre que no los convocaron para elaborar el cuestionario que presentaron a los alumnos, Bullrich aseguró que se invitó a los gremios, pero que “no sirvió para acercar posiciones”. En ese sentido, advirtió que “la resistencia es más a nivel dirigencial que de cada uno de los docentes”, y aseguró que los argumentos de los gremios de que la evaluación se iba a utilizar “para penar a los docentes a los que les vaya mal, son absolutamente infundadas y falsas”. Entre otras cosas, defendió el mecanismo de multiple choice ya que “corregir preguntas abiertas de 1,4 millones de alumnos es muy difícil”.

Por último, negó que los resultados particulares de cada escuela vayan a ser publicados, y afirmó que “se hará una devolución a cada establecimiento para ir generando una cultura distinta”.