Jueves 28 de Marzo de 2024

INTERNACIONALES

6 de noviembre de 2017

Purga sin precedentes en Arabia Saudita

Once príncipes y decenas de ministros fueron arrestados por orden del rey, que allana el camino a su hijo y heredero.

Arabia Saudita arrestó a once príncipes y a decenas de ministros y antiguos secretarios de Estado, en una purga sin precedentes, en un momento en que el joven príncipe heredero intenta consolidar su poder. Paralelamente, fueron destituidos el jefe de la Guardia Nacional, el jefe de la Marina y el ministro de Economía, en una serie de despidos de alto rango.

Estos arrestos se producen poco después de que un decreto real estableciera una comisión anticorrupción encabezada por el príncipe Mohamed bin Salmán, el heredero de 32 años. "Arrestan a diez príncipes y a decenas de antiguos ministros en Arabia Saudita", anunció en Twitter la cadena saudita Al Arabiya.

La cadena informó que los príncipes, cuatro ministros y decenas de ex ministros fueron detenidos en el marco de una investigación por las inundaciones que devastaron la ciudad portuaria de Yedah en 2009. La agencia estatal saudita SPA había informado que el objetivo de la comisión era "preservar la riqueza estatal, castigar a la gente corrupta y a quienes se aprovechan de sus cargos".

El poderoso Consejo de Clérigos dijo que los esfuerzos contra la corrupción son "tan importantes como la lucha contra el terrorismo", lo que supone un respaldo religioso a la operación y al príncipe heredero contra su propia familia. "La amplitud y la escala de los arrestos parece no tener precedentes en la historia saudita", dijo Kristian Ulrichsen, analista del Baker Institute de perteneciente a la Universidad Rice.

Según páginas web del reino el multimillonario saudita Al Waleed bin Talal está entre los arrestados. Esta información no fue confirmada, pero el príncipe no pudo ser contactado. "La supuesta detención del príncipe Al Waleed bin Talal causaría conmoción en la comunidad local y la internacional", dijo Ulrichsen.

Una fuente de la aviación dijo que las fuerzas de seguridad habían inmovilizado aviones privados en el aeropuerto de Yedah, para impedir cualquier fuga.

El riquísimo y poderoso príncipe Al Walleed bin Talal estaría entre los detenidos.

Fuentes diplomáticas europeas admitían la sorpresa que les ha causado la movida. "Parece indicar que se aproxima el relevo en el trono", señala un antiguo embajador que ha conocido a muchos de los ahora represaliados. En su opinión, "han cambiado las reglas del juego totalmente". "Los ceses y las detenciones sugieren que el príncipe Salmán más que forjar alianzas está extendiendo su férreo control a la familia real, el Ejército y la Guardia Nacional para contrarrestar lo que parece una oposición extensa a sus reformas y la guerra en Yemen", interpreta James Dorsey, profesor en Singapur y autor de un blog sobre Oriente Próximo, citado por el diario El País. "Este último golpe rompe con la tradición de consenso dentro de la familia real, cuyo secretismo recuerda el del Kremlin en los tiempos de la Unión Soviética", añade el analista. El heredero Salmán, que controla sectores estratégicos del gobierno como la defensa y la economía, se ha proyectado como un reformador liberal en un reino ultraconservador, con decisiones como el cambio de la legislación para permitir que las mujeres conduzcan.

Muchas de sus reformas son consideradas como un forma de marcar el paso y acabar con las disidencias antes de que haya una transferencia formal del poder de parte de su padre, el rey Salmán, de 81 años. Oficialmente, el rey ha lanzado una campaña contra la corrupción. Los observadores, y muchos sauditas creen que la purga sin precedentes busca neutralizar la oposición al poderoso príncipe heredero Mohamed bin Salmán y su ambicioso programa de reformas modernizadoras.

En septiembre las autoridades arrestaron a docenas de personas, incluyendo a influyentes clérigos e intelectuales, una operación que organizaciones de derechos humanos denunciaron como una "campaña de represión". El mes pasado el príncipe heredero prometió en un foro en Ryad una Arabia Saudita "moderada", alejada de la imagen de un país que es el mayor exportador del wahabismo, la versión rigorista y medieval del islam que adoptaron numerosos terroristas en Medio Oriente, desde los sauditas fundadores de Al Qaeda a los sanguinarios extremistas del Estado Islámico.

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