Jueves 28 de Marzo de 2024

MUNDO

29 de mayo de 2018

Otra vez suenan las alarmas antimisiles en Gaza

La escalada de violencia de las últimas semanas ha empeorado en la región

GAZA - Las sirenas de alarma antimisiles sonaron en el sur de Israel, en la zona de Sderot, cerca de la Franja de Gaza. Lo reportó la prensa local.

La represión de las protestas que agitan Gaza desde finales de marzo ha dejado más de 117 muertos y 13.200 heridos, según la última actualización de datos recabados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) del pasado 22 de mayo. La escalada de violencia de las últimas semanas ha empeorado un contexto ya de por sí complicado, sobre todo para los más jóvenes, que ya han vivido tres graves conflictos armados durante la última década. La mitad de la infancia depende de la ayuda humanitaria y uno de cada cuatro necesita atención psicosocial, estima Unicef.


 
Las infraestructuras sanitarias están desbordadas. El personal médico tiene que lidiar también con la falta de electricidad, que está limitada a cuatro o cinco horas al día, y la escasez de combustible, medicinas y equipamientos. El 40% de casi 500 medicamentos esenciales se han agotado por completo en Gaza durante este mes de mayo, alerta la Organización Mundial de la Salud.

Existe el riesgo de hipotecar los débiles avances alcanzados en la Franja de Gaza hasta ahora para invertir todos los recursos en la más reciente crisis, cita El País de España. Nueve familias sobre diez no disponen de acceso regular a agua limpia, según Unicef. Los cortes del suministro eléctrico han causado una interrupción de los servicios de agua y saneamiento y han reducido gravemente la disponibilidad de agua potable. Además de estar expuestos al riesgo de enfermedades, los gazatíes también tienen que hacer frente a un gasto elevado para comprar agua embotellada.

En la Franja de Gaza viven alrededor de 1,8 millones de personas. Naciones Unidas estima que 300.000 necesitan ayuda psicológica por los traumas relacionados con la violencia. Además de las heridas físicas, los niños muestran fuertes signos de angustia y trauma.

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