Viernes 29 de Marzo de 2024

NACIONALES

15 de junio de 2018

Acusan a Boudou de falsear facturas y gastos de un viaje a París y se investigan otras 250 rendiciones

El juez Lijo le amplió la declaración de indagatoria en la que el ex ministro de Economía intentó deslindar responsabilidades.

El juez Ariel Lijo procesó hace meses a Amado Boudou por haber “defraudado a la administración pública, mediante la presentación de declaraciones juradas con datos falsos y comprobantes de pago apócrifos”, en la rendición de gastos de un viaje que realizó a París en el marco del G-20. Para la justicia no hay duda que se insertaron “datos falsos en las declaraciones juradas de rendición de gastos”.

La causa no quedó allí. Se analizan aún 250 expedientes más. Por uno de esos expedientes, donde la hotelería y el pago a una traductora se rindieron “con comprobantes apócrifos y valores superiores a los reales”, el ex vicepresidente volvió a declarar este jueves. Habló del éxito de las reuniones y que él no tenía “nada que ver con las cuestiones administrativas”.

Amado Boudou está acusado de rendir gastos “con facturas apócrifas y con falsedad de los montos por gastos eventuales consignados, los cuales justificaron con comprobantes falsificados presentados en la rendición de gastos de los expedientes referidos”.

Durante la ampliación de la indagatoria, el ex vice de Cristina Kirchner, reiteró: “Vuelvo a insistir que yo no estaba encargado de las cuestiones operativas ni logísticas, que son abundantes para este tipo de encuentros porque en muy poco tiempo y a mucha distancia hay que coordinar encuentros, reuniones,etc”, indicó Boudou en la indagatoria a la que accedió Clarín.

Las últimas semanas ingresó al juzgado del juez Lijo respuestas a los exhortos enviados desde Argentina. Con más revelaciones: No era real ni el presunto gasto por una traductora y se detectaron facturas “calcadas para dos gastos diferentes de fechas que diferían”.

La misma maniobra condujo al magistrado a procesar al ex vice, a Guido Forciere -ex jefe de gabinete del ministerio-, y a su secretario privado, Héctor “Cachi” Romano, por malversación de fondos públicos por la “presentación de declaraciones juradas con datos falsos y comprobantes de pago apócrifos”, en la rendición de viajes cuando era ministro. Tienen un embargo de un millón de pesos cada uno.

La nueva información incorporada a la causa fue sobre la traductora Ana Ruth Juárez señaló ante la consulta del juez Lijo, que el monto de la Factura por 3.050 euros, no es tal. “Los servicios de traductorado se cobran entre 600 a 1.000 euros”, como máximo, indicó. Si bien reconoció haber realizado parte de la tarea que se le atribuye en febrero de 2011 en el marco del G-20, señaló que ella “nunca” cobró dicho monto.

La intérprete participó de la reunión de ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales del G20 en París, y según el Ministerio de Economía cobró dichos servicios por 3.050 euros, “la cual fue desconocida por la mencionada intérprete".

"La factura falsificada quedó registrada como comprobante Nro. 3 en el mencionado expediente administrativo”, señaló Lijo que realizó una ampliación de indagatoria a Boudou.

Para la Justicia quedó corroborado que hubo documentación falsa al momento de rendir facturas vinculadas a los viáticos por más de 17.000 euros y que ese dinero "se incorporó al patrimonio del ex funcionario".

Ante la exposición de la nueva documentación, Boudou indicó: “La misión fue exitosa” y señaló que efectivamente “la traductora fue contratada”.

Dos horas después de su indagatoria, Cachi Romano aportó una foto donde se observa a Juárez. “Eso no estaba en duda, sino que se facturó un monto superior al real”, explicaron fuentes judiciales a Clarín.

Al respecto, Boudou remarcó que él “no tenía nada que ver con las contrataciones y cuestiones administrativas”. Romano fue más allá: “Si hubo problemas de facturas apócrifa deberían pedirle explicaciones a la traductora y al hotel”.

Se sumaron cuatro facturas del hotel Bel-Ami, de París, por 10.872, 8.034, 23.071 y 4.470 dólares; y una factura a favor de un traductor, identificado como Eduardo Kahanne, por 3.818 dólares. Todos estos números "no fueron reales", indicaron fuentes de la causa. El traductor había cobrado solo 2.194 dólares.

En la investigación se analizaron más facturas truchas de estadías en el hotel Bel-Ami, en París, Francia, por el monto de 9.395 y 6.943,23 euros. "Hubo facturas usadas por Forcieri y Boudou que tienen la misma numeración y diferentes gastos, se escaneaban las facturas y se falsificaban", indicaron fuentes judiciales a Clarín.

 

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