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10 de octubre de 2018

Once: hoy se conoce el veredicto sobre la responsabilidad de De Vido en la tragedia que dejó 52 muertos

Pasaron casi siete años del trágico día en que el tren chapa 16 de la línea Sarmiento, concesionado por la empresa TBA, chocó contra el andén 2 de la estación Once provocando la muerte de 52 personas y lesiones en otras 789.

A fines de 2015, gracias a la fuerza de los familiares, los medios y algunas buenas voluntades en la justicia, el Tribunal Oral en lo Criminal nro. 2 condenó y encarceló a todos los acusados del primer juicio de Once, entre ellos los ex secretarios de Transporte K Ricardo Jaime, Juan Pablo Schiavi y el dueño de TBA Sergio Cirigliano.  

Para la justicia, el choque del tren se produjo por la conducción negligente del maquinista, las pésimas condiciones en las que se explotaba el servicio y la ausencia de controles por parte de la Secretaría de Transporte. El caso reflejó cómo se dilapidó dinero público.

Sin embargo, en ese primer juicio el ex ministro de Planificación K Julio De Vido no había sido ni convocado ni imputado. Recién hoy llegó el turno de que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 4 (TOF 4) determine su responsabilidad en el llamado “juicio Once 2”, al igual que la de Jorge Gustavo Simeonoff, el ex director de la Unidad de Renegociación y Análisis de Contratos de Servicios Públicos.

El proceso de “Once 2” arrancó luego de que el 29 de diciembre de 2015 durante la lectura de la sentencia del primer juicio de Once el TOF 2 considerara pertinente investigar la posible comisión de delito en el caso del ex ministro de Planificación. 

Concretamente, los jueces de ese tribunal ordenaron “extraer testimonios de las piezas pertinentes y remitirlos al juez instructor (Claudio Bonadio) a los fines de que se investigue la posible responsabilidad penal de los hechos que aquí juzgados por parte de los señores De Vido, Jorge Gustavo Simeonoff, Julio César Pastine, Ernesto Inanni y Silvia Emilse López”. Es que De Vido había sido excluido de la investigación original. Pero eso es parte de otra historia.

De qué acusan a De Vido. Preso por la causa “Río Turbio”, el ex ministro K llegó al juicio procesado por “estrago culposo agravado por la muerte de 51 personas, más una por nacer y lesiones que sufrieron 789 personas” y por defraudación contra la administración pública. Es decir, lo acusan de provocar el accidente por el mal cuidado de los trenes durante su gestión como ministro del área, incluso con casos de corrupción de por medio. 

El fiscal Juan García Elorrio pidió que lo condenen a nueve años de cárcel. La Oficina Anticorrupción lo acusó de estrago culposo agravado de muerte y administración fraudulenta agravada en perjuicio de la administración pública y, al igual que la querella de un grupo de familiares representados por Leonardo Menghini, solicitó diez años. En cambio, la otra querella de familiares, representada por Javier Moral, dijo que la pena debe ser de cuatro años y medio de prisión, al considerarlo responsable de la administración fraudulenta pero no así respecto del delito de estrago culposo. 

La defensa de De Vido apuntó a responsabilizar por el accidente al maquinista Marcos Córdoba. 

Cuál es el desafío de la justicia. El debate jurídico es interminable acerca de la chance de inculpar al ex ministro de Planificación K por las muertes de Once. Los familiares usan al máximo todos sus recursos para hacer visible su temor y que prime el mensaje de que la corrupción mata. Por los pasillos de tribunales circulan muchas versiones. La gran cuestión es que hechos delictivos de esta magnitud que involucran a funcionarios que a priori no estaban manejando el tren que chocó constituyen un desafío para los sistemas penales que están preparados para resolver casos más sencillos. La verdad es que sea como sea el fallo al que los jueces lleguen, hay algunas cosas para pensar.

La primera es obvia. De Vido fue convocado por el juez de primera instancia Claudio Bonadio en el año 2015, cuando languidecía su poder y por estímulo del primer juicio.

La segunda no es tan obvia, pero se aplica a todos los casos de corrupción y tiene que ver con la forma de resolver casos complejos. La clave para inculpar de acuerdo a la ley es bastante sencilla. Los acusadores deben probar que el acusado, en este caso De Vido, contribuyó a causar el resultado trágico. Para el derecho penal se llama “dominio del hecho”. Si un imputado domina el hecho puede ser condenado. Esta es la cuestión más importante: dominar el hecho en todo o en parte. ¿De Vido lo hizo? 

En general, los altos funcionarios dicen “yo desde la oficina no podía dominar el hecho”. No obstante, desde los crímenes nazis los penalistas resolvieron este enigma para condenar al “autor de escritorio”; es decir, al hombre que domina los hechos sin estar presente. 

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