Viernes 19 de Abril de 2024

ABORTO

1 de noviembre de 2018

MISOPROSTOL: ¿Un modo encubierto de avalar el aborto?

El medicamento que se utiliza para el tratamiento de una úlcera gástrica, generó el debate por su presunta capacidad abortiva. Un especialista advierte sobre los riesgos que ocasiona el uso sin control médico.

Para echar luz sobre este tema, el doctor Jorge Barattini (MN 77381) ginecólogo y reproductólogo de IVI, en diálogo con CONBIENESTAR explicó en qué casos se administra este medicamento y cuáles son los riesgos y contraindicaciones.

El misoprostol es el principio activo de un medicamento que se utiliza como protector gástrico, para la prevención y tratamiento de úlceras gástricas y duodenales, pero, suministrado vía vaginal provoca el aborto.   Los especialistas pueden recurrir a este fármaco en caso de embarazos detenidos prescribiendo su uso vía vaginal, de esta manera, el medicamento genera contracciones en el útero, que se dilata y expulsa lo que hay en la cavidad. El especialista advierte sobre la importancia de que la paciente debe contar con un seguimiento ecográfico estricto para verificar que tras la medicación, el útero haya expulsado todo el saco gestacional. Es importante saber que no todo tratamiento mediante el uso de misoprostol provoca la expulsión completa o parcial del tejido embrionario.   Por lo general, a pesar de la utilización de misoprostol , la paciente debe someterse a un legrado, procedimiento que se realiza para raspar las paredes del útero, o a una cirugía histeroscópica, para observar el interior de la cavidad uterina y eliminar los restos que la medicación no haya expulsado.   Algunos especialistas tratan de evitar el uso de esta medicación en los casos de embarazos detenidos porque el aborto provocado por misoprostol genera un desprendimiento lento que puede llevar entre quince y cuarenta y cinco días con la posibilidad incluso, de que la expulsión sea parcial. La paciente la pasa mal en el proceso porque además de los dolores muy intensos, también provoca fiebre, diarrea, náuseas, vómitos, dolores de cabeza y escalofríos. Los riesgos que conlleva el uso de esta medicación, además de los cólicos, es la hipotensión por hemorragia, y si la hemorragia es importante, puede llevar a la paciente a un shock hipovulemico, una afección de emergencia por la que la pérdida grave de sangre hace que el corazón sea incapaz de bombear la suficiente al cuerpo haciendo que muchos órganos dejen de funcionar.   Los riesgos son mucho mayores si se usa el misoprostol para provocar un aborto más allá de las doce semanas de gestación, por lo que debe suministrarse siempre antes de ese tiempo. De hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda su uso en los casos de embarazos detenidos hasta un máximo de 9 semanas (63 días) de embarazo.   La OMS en su Manual de Práctica Clínica para un Aborto Seguro, en el marco de una práctica clínica supervisada por un médico, destaca que las ventajas de usar misoprostol son: evitar la cirugía, simular el proceso de pérdida de embarazo y que puede realizarse en el domicilio, y entre sus desventajas: la posibilidad de hemorragia y calambres en el tiempo que puede llevar consumar el aborto, horas y hasta días, y que incluso puede no dar resultado o producir un resultado parcial. Por todo lo expuesto, preocupa la mujer que usa por su cuenta este fármaco sin contención médica ni el debido control y seguimiento en el tratamiento, ya que en caso de quedar en el útero tejido sin expulsar (algo que suele suceder), puede desencadenar una infección uterina o un cuadro de sepsis: que es una respuesta inflamatoria ante una infección grave, que puede ser mortal si no se trata a tiempo y de forma adecuada.   El uso indiscriminado de esta droga abortiva es muy cuestionado entre los miembros de la comunidad médica ya que algunos lo consideran "un modo encubierto de avalar el aborto".

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