Martes 23 de Abril de 2024

11 de abril de 2019

El kirchnerismo abandona a las provincias y ata su futuro a la elección presidencial (si es que Cristina finalmente se presenta)

El año no empezó como el kirchnerismo esperaba. En las proyecciones de los más optimistas del Instituto Patria, algunas provincias podrían haber dado el batacazo que empujara, como onda expansiva, un aluvión de votos K contra Cambiemos.

No sucedió ni en Neuquén ni en Río Negro(experiencia especialmente dolorosa por las expectativas cifradas en los Soria). Y ahora, en los planes electorales, Unidad Ciudadana evalúa resignar todas las provincias para concentrar toda su energía en la disputa presidencial.

La decisión del aliado histórico Gildo Insfrán de despegar a Formosa de las elecciones de octubreencendió algunas alarmas en el núcleo duro de Cristina Kirchner. ¿Significa esto que en las provincias peronistas ven que no hay posibilidades y por eso se desligan de la grieta? Las señales son elocuentes.

Lo de Formosa fue, en todo caso, el corolario de un camino errático en la estrategia para el interior. El kirchnerismo empezó las cuentas electorales abrigando la esperanza de tener candidatos “propios” en todos los distritos y terminó bajando listas para favorecer la “unidad” y fortalecer, así, el arco opositor a Cambiemos. De ahí al "abandono" de algunas provincias hubo un solo paso.

“Trabajamos por la unidad. La orden de Cristina fue que las provincias se pintaran de cualquier color, menos de amarillo”, graficaron ante A24.com desde el Instituto Patria. Traducido: se puede ganar con cualquiera (incluso con los oficialismos del PJ) porque el peronismo después se reacomoda solo. Un ejercicio básico de poder.

Sergio_Unac Uñac, símbolo de unidad.

Resoluciones sensatas fueron, en estos cálculos, los acuerdos de unidad en Santa Fe, Entre Ríos y San Juan. En esta última la estrategia rindió sus frutos porque el gobernador Sergio Uñac fue el más votado en las PASO con amplio margen. Lo de Entre Ríos se verá este domingo.

Pero hubo otras provincias en las que, más allá de los primeros amagues, Cristina pidió al final bajar las listas y los candidatos. Así ocurrió en Córdoba (el kirchnerismo y el PJ son irreconciliables) y Misiones. En ambos casos, el repliegue K favorece a los oficialismos locales, en un año en el que, hasta ahora, son los gobernadores (o sus delfines) los que se están imponiendo en las urnas.

La oveja negra

Siempre hay, como en todo plan, un imponderable. Y en este caso es Tucumán, donde el candidato K no está dispuesto a bajarse para favorecer al gobernador (exministro K pero hoy más distanciado de la expresidenta). Se trata de José Alperovich, que fue apoyado por Cristina para enfrentar a Juan Manzur, quien va por la reelección.

El escollo es que a pesar de que Manzur pidió la unidad con el kirchnerismo, Alperovich no quiere ceder (apoyado en las encuestas que lo ubican arriba). En efecto, un reciente sondeo de Isonomía le da al ex gobernador un 36% de intención de voto contra un 23% de Manzur y un 17% de Silvia Elías de Pérez, la candidata de Cambiemos. "Está firme", dicen en el entorno de Alperovich. Una interna que no se puede frenar.

cristina-alperovich Cristina, con Alperovich.

Los que rodean a Cristina tienen el punteo de las provincias donde el armado de “unidad” salió bien (y donde no). Con tildes: San Juan, Entre Ríos, La Pampa, Tierra del Fuego, Córdoba y Misiones. Con cruces: La Rioja, Chubut y Tucumán.

¿Y Mendoza? La provincia cuyana tiene muchas líneas internas (todas efervescentes) pero este mismo miércoles se anunció la unidad peronista en torno al frente "Elegí Mendoza", con el PJ, Partido Solidario, Kolina, Proyecto Sur de Pino Solanas y hasta Compromiso Federal de los Rodríguez Saá.

De todos modos, voceros del PJ aclararon a A24.com que “falta que se definan los candidatos y, si no se puede lograr la unidad, habrá una PASO civilizada”. Aunque decir eso en el peronismo sería como apelar a un oxímoron.

Por ahora, el mapa tiene rojos y verdes. Una distribución cromática que permite apreciar la actualidad (y proyección) del kirchnerismo. Si al final se resignan provincias para apostar por la presidencial, esa estrategia depende del único factor, todavía irresuelto: que Cristina sea la candidata.

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