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INSOLITO
14 de junio de 2019
Algunos años después de la tragedia, un hombre instaló un teléfono para “llamar” a su primo fallecido en el tsunami. Desde entonces, las “conversaciones con el viento” sirven de duelo para los familiares de las víctimas.
Otsuchi fue uno de los pueblos que se vio arrasado por las tragedias. De sus pobladores, 2000 fallecieron, y las pérdidas de estructura fueron prácticamente totales. Pero a ocho años del desastre, la idea de un habitante ayuda a los familiares de las víctimas a transitar el duelo de manera muy particular.
Itaru Sasaki instaló una cabina telefónica en una colina a orillas del Pacífico, para “llamar” por teléfono a su primo, fallecido en el tsunami. Ingresar en la cabina blanca y discar el número de su familiar, aseguraba, le hacía sentir que era escuchado por su pariente cuando hablaba y le contaba cómo llevaba su vida.
El “teléfono del viento”, como lo llaman en Otsuchi, comenzó a hacerse cada vez más popular. Un periodista de la BBC, Miwako Ozawa, reveló que los habitantes del pueblo ingresan a la cabina y se sienten contenidos al conversar virtualmente con sus familiares. Marcan el número en el antiguo telefóno y le cuentan a sus padres, hermanos, esposos o hijos cómo ha continuado su vida desde el trágico 11 de marzo.
“Sabía que nadie me respondería, pero sentí que mi esposa estaba ahí”, le dijo a Ozawa un hombre que enviudó tras el tsunami. Las “conversaciones con el viento” ejemplifican a la perfección la fuerte relación que tienen los japoneses con la muerte, la naturaleza y las fuerzas invisibles que según sus creencias conectan a toda la humanidad.