La empresa responsable de la distribución del servicio analiza la implementación de alternativas para la limpieza, utilizadas en otras provincias, que no requieren del agua en grandes cantidades. 
La falta de regulación y control de los lavaderos clandestinos permitió en el último tiempo que se instalen en plazas y calles de barrios, sobre todo del Sur de la ciudad. La actividad se lleva adelante sin tener en cuenta el efecto que genera el uso indiscriminado del agua y su posterior afectación al servicio en los hogares cercanos.

Alberto Natella, presidente de la empresa Aguas de Catamarca, se refirió a la problemática en diálogo con la prensa. Al respecto explicó que “provincias como Córdoba o San Juan usan una serie de elementos de limpieza en seco y estamos viendo la posibilidad de adquirir esos productos, para implementarlo en nuestra provincia”.

En idéntico sentido, la autoridad de la empresa prestadora del servicio manifestó que “vemos que baja mucha agua, mandamos a verificar lo que serían posibles fugas y vemos que en realidad son desagotes de estos lavaderos. Esto no quiere decir que no lo puedan realizar, sino que vamos a hacer que lo hagan de una manera determinada. Pero son cambios culturales que vamos a buscar cambiar gradualmente”.

En la mayoría de los casos los emprendimientos dedicados al lavado de automóviles no cuentan con permisos, ya que no alcanzan a cumplir con las exigencias básicas que eviten la pérdida constante de agua potable. A su vez, el agua con la que llevan adelante la actividad en varios lugares corresponde a plazas, por lo que no son cuidadosos en el uso, al mismo tiempo que utilizan espacios públicos para el lavado de los vehículos que solicitan el servicio en la vía pública. 
El municipio de la Capital debería también efectuar los controles necesarios para verificar la habilitación con la que cuentan los lavaderos, y en el caso de que la posean, regular el uso del agua y los espacios.