Las protestas antichavistas en Venezuela cumplieron 100 días, ocasión en la que opositora alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llamó a sus simpatizantes a volver a salir a las calles de Caracas para mantener vivos los reclamos contra el presidente, Nicolás Maduro, y el rechazo a su Asamblea Constituyente.

La nueva protesta fue convocada un día después de que la Justicia venezolana anunciara el beneficio de  prisión domiciliaria del opositor Leopoldo López, quien estaba detenido en una cárcel militar desde 2014.

La oposición eligió un día y un lugar cargado de simbolismo: el aniversario del inicio de las manifestaciones callejeras contra Maduro y la Plaza José Martí en el municipio Chacao de Caracas, el lugar donde López, el preso más emblemático del antichavismo, se entregó a las autoridades el 18 de febrero de 2014, acompañado por una multitud de opositores.

Además, la protesta coincidirá con el inicio de la campaña electoral para la Asamblea Nacional Constituyente, convocada por el gobierno de Maduro y cuyas elecciones, el 30 de julio próximo, serán boicoteadas por el arco antichavista. 

En algunas partes del país, como en la localidad de Cerritos Blancos de Barquisimeto, en el nordestino estado de Lara, el chavismo inauguró la campaña electoral con una masiva marcha por el centro de la ciudad. 

La campaña proselitista durará un poco menos de tres semanas, hasta el 27 de julio próximo, apenas tres días antes de las elecciones que definirán la composición de la Asamblea Constituyente. 

Mientras Maduro sostiene que una reforma de la Constitución puede “lograr la paz” en el convulsionado país, la oposición sigue pidiendo una convocatoria a elecciones generales adelantadas. 

Esta creciente polarización se plasmó de inmediato en las calles de Caracas y de las principales ciudades venezolanas, y desde el comienzo de las protestas, la Fiscalía general anunció 90 muertos y cerca de 1.500 heridos. 

Tras el último anuncio de la Fiscalía, otro joven murió en una protesta en el interior del país.